Wargames

Diez sugerencias para jugar tu primer wargame Si alguna vez te has preguntado si lo de jugar a wargames era lo tuyo, me atrevo a hablarte de mi experiencia.

Es posible que os hayáis preguntado alguna vez si esto de los wargames es para vosotros. Lo veis en las redes sociales, en las tiendas, investigáis, os atrae la Historia, pero puede que los veáis algo lejano y complejo. Bien, la respuesta desde luego, no la tengo yo, pero me he encontrado hasta hace poco en una situación parecida y puedo atreverme a deciros lo que he aprendido por el camino.

No me gusta llamarlo “consejos” así que prefiero dejarlo en «sugerencias» porque suena bien y tiene gancho, aunque en realidad es algo más cercano a una serie de sensaciones que me han quedado cuando he jugado a varios juegos de este tipo.

No voy a hablar de wargames monstruosos o especialmente complejos –en éste momento ya veo, con razón, a muchos desdeñarlo sacudiendo la mano– sino de wargames de pocas sesiones o de una tarde. Cómo será, que por no decir, no voy a nombrar casi ningún juego, pero es que creo que para contaros lo que voy a contaros no es en absoluto necesario. Independientemente del wargame al que acudáis, es más que posible que os sirvan prácticamente todos los puntos que aparecen a continuación. Recordad que ésto es tan sólo fruto de mi experiencia, si no os gusta o no os vale; a otra cosa, mariposa.

De Barbarossa a Berlin
Una espléndida vista del «De Barbarossa a Berlin» que, al menos a mí al principio, me parecía excesivamente compleja. Ni mucho menos lo es. GMT-Devir

Si alguien me preguntase qué hacer para comenzar a jugar a wargames a mí, que no tengo ni puñetera idea de wargames, le diría esto:

1 - Vas a estudiar.

Así, tal cual. Si hace tiempo que dejaste la universidad o si no llegaste a terminar la LOGSE, para enfrentarte a un wargame posiblemente tengas que estudiar. En mayor o menor medida, pero empollarás. Si estás acostumbrado a leer reglas de juegos de mesa te costará menos. Si no, te costará más. No hay fórmula infalible, ésto es así; el tesoro escondido está en un libreto que te dice cómo has de jugarlo y que, habitualmente –y bien que siento decirte ésto– será árido y poco agradable de leer… al menos al principio. Teniéndolo en cuenta y si estás repleto de ganas, adelante. Puedes buscar a alguien que te lo explique, desde luego, pero no todo el mundo tiene esa suerte, aunque, por norma genera, la gente a la que le gustan los wargames está deseando explicarlos y hablar de sus juegos favoritos. Aprovéchalo.

2 - Encuentra a alguien.

Ya lo comenté en un artículo anterior, no voy a dar la turra con ello, pero todo es más fácil si se divide el esfuerzo o si ese esfuerzo es compartido. Hay a quien le apetece acometer éstas aventuras en soledad, algo que sin duda es loable, pero ese camino siempre será más complejo. Ten clara una cosa: si no tienes un grupo concreto o no tienes un compañero fijo quizá te cueste un pelín más. Puede que tengas la suerte de encontrar a alguien que tenga esa especie de sexto sentido, –algo que muchos wargameros de pro tienen– una habilidad que sólo ellos conocen, como un código secreto del divertimento: a los wargameros, para divertirse con sus juegos, no les hace falta jugarlos. Si esto no va contigo, tampoco pasa nada, pero date cuenta de si tú, en soledad, serías capaz de acometer el reto.

3 - No os flipéis.

Apuntad a tiro fijo. Siempre leo por ahí que lo mejor que puedes hacer es elegir una época que os guste para elegir el wargame que te apetezca. Es verdad que aprender las reglas de un juego no es cuestión de magia; no es más que pillar unas reglas, aplicarlas como buenamente se pueda y disfrutar. Pero hay casos y casos, y por mucho que te guste una época concreta puede que los juegos relacionados con ella no tengan nada de amables ni de sencillos. Si eso no te importa y no lo quieres tener en cuenta, adelante, pero hay muchas posibilidades de que el juego que compres se quede en la estantería por mucho que sea un juego dedicado a tu evento histórico favorito. El juego que elijáis por primera vez puede no ser vuestra mejor opción pero quizá sea la que más agradezcáis después de haberlo elegido.

Un puñadito de Wargames. Que los que aparezcan en la foto sean todos de GMT es casualidad.

4 - Usa la BGG

Exprímela, que para eso está. Quien dice la BGG dice la BSK o páginas similares dedicadas a juegos y wargames. Casi todos los juegos con algo de nombre –y con poco también– tienen ayudas de juego, traducciones, resúmenes y demás contenido para facilitar a los jugadores –como tú–que su experiencia y acercamiento al juego sea lo más sencillo, dinámico y divertido posible. No te cortes, descarga todo lo que puedas y revísalo. No necesariamente tiene que ser algo posterior a la adquisición o a la elección del juego al que quieres jugar. Puede, incluso, que el que haya material de ayuda sea algo que determine qué juego vas a elegir. ¿Por qué no? Si no hay ningún otra razón de peso para escoger un primer wargame, ésta podrías ser una, perfectamente.

5 – Tu tiempo es oro.

Todo lo anterior, como casi todo en esta vida, se reduce a tiempo. Todo puede contabilizarse en cuanto a esfuerzo y beneficio, y para categorizar ese esfuerzo una de las maneras más prácticas de hacerlo es ser consciente de cuánto tiempo se ha invertido en ello. Y ese cómputo también incluye el escoger el juego, seleccionarlo, elegir compañero –o no–, aprender a jugar… Tu tiempo es tuyo y es lo más valioso que tienes. Yo he decidido dejar de jugar varios juegos que me apetecía porque, ante la inversión de tiempo que me requerían, tenía la certeza de que no me iba a compensar. Incluso si saberlo de primeras, pudiendo pensar que quizá cuando estuviera jugando esa compensación la percibiría de manera positiva, no me he querido arriesgar. Al menos no en mi primer wargame.

6 – Fija una fecha.

Una de las mejores maneras de evitar el agarrotamiento es fijar una fecha, exigirte jugar una partida en un momento concreto y quedar con tus amigos para jugar. El tiempo y la presión del mismo sirve de acicate cuando nada más lo hace. Pero se flexible; no te flipes. Sobre todo si dependes de otras personas. Por ejemplo: “tengo que lograr sacar a mesa éste juego en el próximo trimestre”. O, si eres una de esas entidades envidiadas en el mundillo, quizá para ti sea lógico establecer algo como “tengo que lograr sacar a mesa éste juego en la semana próxima”. Eso significaría que éstas mucho mejor que muchos de nosotros… Si no ves claro este punto, pasa de él, pero a mí me funciona.

Napoleon’s Triumph de Simmons Games luce precioso en las mesas de Mecatol Rex.

7 – No hagas pereza.

Me refiero, con éste punto, a no dejar pasar tiempo entre sesión y sesión. La mayoría de las primeras partidas en wargames –y en un enorme porcentaje de juegos de mesa de perfil duro–son para afianzar reglas, para aprender y soltarse y exigen bastante energía. Si pasa mucho tiempo entre esa primera partida y la siguiente lo vas a lamentar. Piensa, quizá, que sea mejor proyectar esa primera partida como “varias primeras partidas” para que la satisfacción final sea mucho mayor y más controlada.

8 – El desánimo.

Es normal desanimarse. Decirte “no te desanimes” es igual de gratuito que cualquier consejo banal que puedan darte sin conocerte. Si te desanimas, no insistas a no ser que estés seguro de que quieres insistir. Puede que no sea el momento, que debas dejarlo a un lado y que dentro de unas semanas –meses, semestres, años…– lo puedas pillar con más ganas. Yo tuve algunos juegos en barbecho desde que los compré hasta que los jugué. Preguntad a vuestro alrededor; es algo habitual. Hoy en día todo lo que necesite ser cocinado a fuego lento es susceptible de ser abandonado antes de tiempo. Pero sabedlo desde el principio; casi todo se puede dejar de lado en algún momento, pero también a casi todo se puede volver a retomarse en cualquier instante.

9 – Vas a currar, pero seguramente curres a gusto.

¿Suena a “trabajo” todo esto? Pues es que a veces lo parece, más que nada por la exigencia. Si todo esto te suena así, es porque lo parece. Pero más allá de ello, la satisfacción (punto 5) va a ser muy grande si tienes claro que los puntos anteriores solo son baldosas de un sendero muy concreto que estás disfrutando al caminar. Sudarás, pero con gusto.

10 – No pasa nada si no te gustan los wargames.

Lo intentaste y no te gustó. Pues chin pun, aquí no ha pasado nada. Si no llegas, no pasa nada, déjalo, no hay que forzar nada, vuelve a tus juegos favoritos o a probar otras cosas. No a todo el mundo tiene que gustarle. El halo de grandeza que tienen los wargames se lo ponemos los jugadores, pero no lo tiene, nadie es mejor jugador o tiene una medallita de oro por jugar a wargames y no a otras cosas. Si alguien te dice lo contrario, nunca olvides que hay mucho gilipollas suelto (y ésto último te sirve para cualquier situación de tu vida).

11 -  (SUGERENCIA EXTRA) No me hagas ni caso.

Porque parece que todo lo que apunto tiene un toque pesimista y casi te está invitando a no acercarte al maravilloso mundo de los wargames. Pero no es cierto, de verdad. Pero es verdad que puede que poniéndote en ciertas situaciones, a mí me hubiera venido muy bien que alguien me advirtiera antes de ponerme frente a varias reglas y «fracasar» en el intento. Pero la mejor sugerencia que puedo hacerte es que, si lo tienes claro, y te apetece de veras, lo vas a disfrutar como pocas cosas pueden disfrutarse en el mundo de los juegos de mesa.

Publicado por

LuisFley

Juego a juegos de mesa y casi siempre pierdo. Poco más que decir. Si acaso, que grabo un Podcast sobre ello llamado 'Planeta de Juegos'.

Un comentario en “Diez sugerencias para jugar tu primer wargame Si alguna vez te has preguntado si lo de jugar a wargames era lo tuyo, me atrevo a hablarte de mi experiencia.

  1. muy buenos consejos para newbies!
    A mi una cosa que me parece también primordial a la hora de jugar un wargame es que el compi de juegos que elijas este comprometido y entusiasmado en un nivel parecido al tuyo.
    Que los dos os emocioneis, investigueis y charleis sobre el juego es de las razones principales para mi para echar una campaña a un wargame.

    Un besote!

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